Para empezar, es bueno definir qué es la “generación líquida” o la “modernidad líquida”. Este término propuesto y desarrollado por un connotado sociólogo polaco llamado Zygmun Bauman, define a esta sociedad como una de tránsito o de cambios constantes, que a su vez genera angustias existenciales. Bauman usa el adjetivo “líquida” para hablar de la fluidez del cambio haciendo contraste con lo sólido de las generaciones pasadas, porque la generación actual sufre cambios continuos que no permiten mantener una forma estable. En esta realidad actual y líquida, Bauman reconoce que las modas juegan un papel importante.
¿Qué es una moda?
Las juventudes actuales están bajo el yugo constante de las modas, no es raro escuchar expresiones como: “eso ya pasó de moda”, “lo último de la moda”, entre otras. Pero ¿qué es una moda para la generación líquida? Según Bauman, es un fenómeno social siempre en movimiento (Bauman, La cultura en el mundo de la modernidad líquida, 2013). Al ser las modas un fenómeno social, están ligadas a lo que la sociedad considera como moda; el artilugio extraordinario de la vida social.
La lucha entre la seguridad y la libertad
Las modas son el rechazo a la uniformidad; pero a la vez, la moda da el sentido de pertenecer a un grupo. Esto se ve claramente en los colegios, en donde los jóvenes luchan por ser parte de ese grupo “popular” que es distinto y por eso resalta. Las modas son el diálogo entre lo que hacen las masas, pero a su vez lo que hace diferente a un individuo. Otro ejemplo de esto, es el bello facial, hasta hace unas décadas las personas se afeitaban constantemente, todos los días, pero el fenómeno social cambió y la barba fue aceptada nuevamente, ahora todos quieren dejarse crecer la barba, hasta que la sociedad decida que afeitarse es la nueva moda. Mientras eso pasa, la moda da seguridad de pertenencia y a su vez da libertad de lo distinto, pero el problema es lo apresurado que cambian las modas.
Las modas y el consumo
El cambio constante de moda responde a la sociedad del consumo, Bauman explica que el vehículo de las modas son la marcas; por ejemplo: la ropa cambia la moda en cada estación, los celulares cambian a los meses, los tenis tienen nuevos estilos, los peinados, las transformaciones de la piel (tatuajes, cirugías, perforaciones), incluso el lenguaje. Cada vez es más estrecho el tiempo de desecho, cada vez las modas demandan un ritmo muy rápido. Todo esto bajo la idea del progreso, incluso la idea de Dios parece que se tiene que renovar, porque es anticuada. Slawomir Mrozek reflexionando acerca de la sociedad actual dijo: El mundo pensó que Dios era un mal gerente y lo cambiamos por nuestros egos y resultó que nunca mejoró.
La salida de las modas
El filósofo y teólogo sur coreano Byung-Chul Han, propone la pedagogía de mirar (Han, 2017), que en realidad es contemplar nuevamente a Dios; detener el ritmo del consumo y admirar lo que la vida regala. El Texto bíblico dice: “En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres” (Jn. 1, 4 RVR 1960). La palabra que utiliza el escritor para definir vida viene del griego ζωὴ (Zoe), que representa vida existencial o vida plena. Paul Tillich dirá que Jesús es el que trae el sentido a la vida, en quien las dudas existenciales que genera la sociedad de consumo se aplacan, quien da la posibilidad de contemplación y que todos puedan ser plenos en Él.
REFERENCIAS
Bauman, Z. (2013). La cultura en el mundo de la modernidad líquida. (L. Mosconi, Trad.) Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica.
Bauman, Z., & Loencini, T. (2018). Generación líquida: transformaciones en la era 3.0. (I. O. Luque, Trad.) Barcelona, España: Paidós.
Han, B.-C. (2017). La sociedad del cansancio (Segunda ed.). (A. Saratxaga, & A. Ciria, Trads.) Barcelona: Herder.
AUTOR: SHENRY OVALLE
EDITORA: EMILY PORRAS
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