Es muy probable que al hacer mención de dicho título siempre pensemos en la historia del buen samaritano; pero cuando hablamos de: ¿quién es nuestro prójimo? Tal como lo hizo aquél intérprete de la ley (Lc 10:25 y 29) es muy probable que conscientes o inconscientes, actuemos como aquellos que ignoraron al hombre adolorido en el camino. ¿Increíble no? Si bien es cierto, esta historia tampoco es la única que hace referencia al prójimo y nuestro actuar.
Y es que para ser franca, últimamente me ha impactado el siguiente pasaje bíblico: “Haz a los demás todo lo que quieras que te hagan a ti. Esa es la esencia de todo lo que se enseña en la ley y en los profetas. (Mt 7:12)” El estudiarlo a fondo nos da una enriquecedora lectura y esto a la vez nos deja un principio bastante fundamental y que hemos pasado desapercibido porque 1. No nos esforzamos por prestar la suficiente atención al momento de leer las Escrituras o 2. Porque tampoco leemos mucho la Biblia y solo repetimos lo que escuchamos.
Sin embargo, este versículo específicamente, da mucho. Hillel, quien era un Rabí enseñaba esto y que en la actualidad podría ser la famosa y desdichada frase: “trato como me tratan.” Desdichada porque evade a la bondad y voluntad, dando paso al interés personal. Pero ¿a qué voy con todo esto? Para el tiempo de Jesús esto tendía a tomarse desde un sentido negativo: si no hago daño a nadie, estoy bien. Pero Jesús vino a cambiar ese punto: qué bueno que no hago daño a nadie, pero me voy a esforzar para poder ayudar a las personas necesitadas. Y ojo con este punto, que prójimos somos y todos estamos necesitados.
El principio fundamental y el sentido positivo que Jesús le dio es el de la ACCIÓN. No era suficiente el solo no hacer lo que no me gustaría que me hicieran, sino hacer todo lo que fuera posible por hacer o ayudar a los demás. Nuestro prójimo necesita de Dios y de Jesucristo por supuesto; pero, también necesita de una mano ayuda, un hombro donde llorar y alguien quien le ayude a llevar sus cargas. Entonces, ayudar al prójimo no solo es de manera inmediata, también se puede desde: nuestro hogar, trabajo, estudios, ocupaciones, pensamientos y palabras que ayuden a continuar hacia un mejor futuro. Porque Dios allí está, Jesús está en nosotros por medio del Espíritu Santo; y podemos reflejarlo también, accionando.
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Autor:Sheyla Pimentel
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Prójimo somos todos, y todos estamos necesitados. Nuestro prójimo necesita de Dios, de Jesús, de una mano ayuda, Jesús está en nosotros por medio del espíritu Santo y podemos reflejarlo, "ACCIONANDO". Que bendición de reflexión, bendiciones.