Recuerdas aquella imagen de la personificación de un pequeño diablito y un angelito que se presentan a los costados cuando una persona está a punto de tomar una decisión. Es curioso, porque, generalmente es el primer acercamiento que tenemos de lo correcto y lo incorrecto, lo bueno y lo malo. Los padres, quienes son los encargados de la primera educación, se sirven de ese ejemplo para educar a sus hijos. Ahora sí, luego de usar estas analogías, hablaremos de ética y ciudadanía desde la Biblia.
La ética, por su parte, tiene diferentes definiciones, pero, nos quedaremos con la aristotélica. Aristóteles usaba dos conceptos para definirla: las virtudes éticas y el pensamiento o entendimiento. En la primera, las virtudes son las acciones que siempre terminan en algo positivo. La segunda trata más de lo interno, puesto que todo lo que se ejecuta está determinado por las estructuras de pensamiento. Pero, esto es y será condicionado por el entorno, la educación y el conocimiento o empirismo.
Ahora bien, la ciudadanía es aquel derecho que se obtiene en pro de obligaciones y responsabilidades, ¿con quién? Con un Estado, Gobierno. En esa dimensión, la ciudadanía es dinámica, constante y activa. Es prácticamente una forma de vida. Para Gloria Giraldo el ciudadano no solo se reconoce como ser político, sino también como alguien social y moral. Por tanto, no solo se construye con base en normas, porque también lo hace en su forma de vida y de convivencia con los seres humanos en sociedad.[1]
Volviendo a la escena del primer párrafo y tomando en cuenta las definiciones de ética y ciudadanía nos preguntaríamos ¿Cómo se aplica la ética a mi estado de ciudadano/a? Para ello recurriremos al sermón del monte (Mateo 5), que nos revela la ética de Cristo, la cual se resume en tener intención de encarnar un estilo de vida y no solo hábitos o costumbres.[2] Cuando lo logramos, surgen acciones congruentes a nuestra ética que se aplican en la ciudad en donde residimos.
Para algunas personas el impulso de su comportamiento ciudadano está regido por la religión, porque ponen en práctica sus creencias y pensamientos, las que resultan en acciones positivos dentro de su ciudad para convertirse en ciudadanos responsables y respetuosos con los demás. Y tú, ¿Cómo ejecutas tus acciones éticas en el lugar en donde vives? Si no lo habías pensado, te invito a que lo hagas.
[1] Gloria Giraldo, Ciudadanía: aprendizaje de una forma de vida (Universidad de La Sabana: Colombia, 2015), 88. [2] Yattenciy Bonilla, Hacia una ética de la vida, 164.
AUTORA: EMILY PORRAS
DISEÑO DE PORTADA: FERNANDO JUÁREZ.
Hermosa reflexión. Esto significa para mi persona un estilo de vida apegada a los principios biblicos siguiendo el modelo perfecto que es Jesucristo. Saludos