EL MENSAJE DE DIOS Y LA RESPONSABILIDAD CRISTIANA
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EL MENSAJE DE DIOS Y LA RESPONSABILIDAD CRISTIANA


El 13 de marzo de 2020 es una fecha impregnada en la memoria colectiva de Guatemala. Esto, no precisamente por un suceso de impacto positivo, sino por el contrario. Ese día se dio a conocer el primer caso de Covid-19 en el territorio nacional. Y, desde entonces, el amarillismo ha permeado los hogares de las familias en cada cantón, barrio, caserío, aldea, municipio o departamento. En efecto, la incertidumbre, la angustia y la desesperación cobraron protagonismo, puesto que las proyecciones no eran en absoluto alentadoras.


Por consiguiente, en un tiempo donde el miedo prevalece sobre la esperanza, es oportuno dar un mensaje que alivie el pesar humano.

En este sentido, es pertinente citar las palabras del escritor británico, John Lennox: “un cristiano no es alguien que ha resuelto el problema del dolor, el sufrimiento y el coronavirus, sino una persona que ha decidido amar y confiar en un Dios que también ha sufrido”.

De modo que, en medio de los estragos de la pandemia (durante y post), los cristianos tienen la responsabilidad de proclamar el mensaje de Dios, quien no es distante o ajeno a su creación, ni culpable de las consecuencias de los errores humanos.


Claramente, una persona en crisis por la pérdida de un ser querido a causa de este virus, debe escuchar y creer que Jesús salva y sana (Lc 19:10; 13:12). De igual forma, alguien que se quedó sin empleo, cuyo negocio fracasó después de varios años de esfuerzo o que no pudo continuar sus estudios; incluso, quienes cayeron en vicios, pornografía o depresión, necesitan conocer que Jesús bautiza, santifica y viene pronto (Lc 3:16; Heb 10:10; Mt 24:44). Definitivamente, en todo ser humano impera la necesidad de escuchar el mensaje de Dios.


En fin, puesto que la Biblia es la revelación especial de Dios (1 Co 2:11-16), dada en lenguaje de humanos y que responde a las necesidades humanas, se constituye en el mensaje divino aplicable en todo tiempo y lugar. Sin embargo, los cristianos son responsables de proclamarlo para aliviar el pesar humano, subyugar el miedo y anunciar esperanza.


COLABORADORES

ARTÍCULO: ROBIN ESTUARDO SÓLA LÓPEZ

ENCARGADO DE ESTE BLOG: MARLON LÓPEZ

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