Para comprender el tema, es importante reconocer que las palabras gracia y amor, etimológicamente no significan lo mismo. Pero, cuando hacemos uso de estas palabras para referirnos a Dios, pueden comprenderse como sinónimos. Sin embargo, explicarlos detalladamente y desde la profundidad teológica no es el objetivo del artículo, sino que, dar a conocer cómo se relacionan y terminan entendiéndose como una sola palabra.
Pareciera que muchas veces la gracia de Dios estuviera fuera de nuestro alcance y esto se debe a que no conocemos la dimensión de su amor. Aunque pasáramos una vida entera estudiándola o tratando de comprenderla, concluiríamos siempre en lo mismo, al igual que su voluntad: es buena, agradable y perfecta.
En la primera carta a los Corintios, su capítulo 13 y versículo 13, Pablo escribe lo siguiente: Tres cosas hay que son importantes: la fe, la esperanza y el amor; pero la más importante de las tres es el amor. Al parecer, Pablo reconoce que la virtud más importante es EL AMOR, pues esta da lugar a todas las demás. ¿A qué se quiere llegar con esto? La gracia de Dios es uno de los mayores atributos de Él para con nosotros, pues su amor es reflejo de ello. Lo leemos así en la primera carta de Juan, capítulo 4 y versículo 9: En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.
Tal como lo indica el pastor y teólogo, Dietrich Bonhoeffer, cuando describe que la gracia es aquella que nos lleva a seguir el llamado de Jesucristo, sin reserva alguna; pues, es así como le cuesta la vida al hombre y también se la regala, porque le ha costado a Dios la vida de su Hijo, para darnos vida eterna junto a Él. Pues la gracia, como el amor, es la encarnación de Dios mismo.
El mes de febrero es conocido como el mes del amor y la amistad. Sin embargo, aunque se reconozca así, no deberíamos escatimar tal título a un solo mes. Sabiendo que todas merecemos amor. Pues seguimos a Cristo y vivimos para Él, por amor a Dios y a nuestro prójimo; y nuestro prójimo somos nosotras. El amor es algo que debemos de demostrar a diario, sin dejar que una fecha o un mes en especial nos determine el quehacer.
Así podemos comprender que la gracia es un reflejo del amor y viceversa, el amor es un reflejo de la gracia de Dios en nuestras vidas. Cuando sobreabunda la gracia de Dios en nuestras vidas y comprendemos el porqué, el amor se vive con tal alegría, que todos los días es necesario demostrarlo. Puesto que Dios mismo es amor y por Él sobreabunda la gracia. ¿Qué seríamos sin Dios, sin su gracia y sin su amor? Seríamos seres vacíos e injustos. Pero Cristo, cambió todo eso.
Colaboradores:
Artículo: Sheyla Pimentel
Diseño y Publicación: Josué Guzmán
Revisión: Karen Cabrera
Gestión: Rosell Mérida
Bendiciones que maravillosa palabra