Tiempo de Emprender
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Tiempo de Emprender


Hace un tiempo atrás conversaba con una persona, durante el dialogo decidí preguntarle si tenía algún libro interesante que me pudiera recomendar, inmediatamente atendió a la pegunta, recomendándome un libro titulado “Creados para crecer” del escritor Gabriel Gil. El titulo atrajo mi atención, pues estaba y estoy interesado en poder ser una persona emprendedora y el libro se prestaba para lo que necesitaba y tanto buscaba. Esa misma noche inicie con la lectura, su contenido era fascinante, temas muy concretos como el desarrollo personal y el emprendimiento. En su contenido también existía un apartado titulado “El emprendimiento en la iglesia”. Esto llamó mi atención pues ¿qué relación tiene el emprendimiento con la iglesia? Mientras leía podía entender y confirmaba que el ser humano fue creado por el Emprendedor por excelencia (Dios); la Palabra dice que fuimos hechos a su imagen y semejanza. Traemos un chip instalado que debe ser desarrollado para convertirnos en personas emprendedoras.


La palabra emprendedor en el diccionario… significa: “Inicio de una actividad que exige esfuerzo o trabajo, o tiene cierta importancia o envergadura.”. Esto quiere decir que cuando iniciamos y desarrollamos una obra, célula o ministerio, nos convertimos en personas emprendedoras, ¿por qué? porque esos puestos requieren responsabilidad, esfuerzo, amor, sacrificio y mucho trabajo. Para que un emprendimiento sea exitoso, requiere de tres aspectos importantes: primero, Glorificar a Dios; segundo, Beneficiar a muchas personas, y tercero, generar una vida estable para ti y tu familia. ¡Esto es sorprendente! Partiendo desde el área eclesial, quiere decir que el desarrollo de mi liderazgo debe en primer lugar, glorificar a Dios. Esto traerá como resultado el beneficio a muchas personas, que escucharán el evangelio de salvación; como se nos fue encomendado en la gran comisión.


Tu buen liderazgo puede ser desarrollado exitosamente, si eres una persona emprendedora. Ahora bien, la pregunta sería ¿cómo? Creando programas de desarrollo para la comunidad. En los últimos años la iglesia ha dejado por un lado el desarrollo personal de líderes que trabajan en la obra del Señor. No visualiza un futuro próspero para las nuevas y futuras generaciones, pues deja a un lado el desarrollo de los dones y talentos que pueden aportar en el área eclesial. Pero para esta siguente década de la nueva visión de la iglesia creo firmemente que la misma se levantará y accionará.


Actualmente vivimos en tiempos de pandemia, donde muchas personas han perdido su trabajo, por lo tanto el área económica es afectada terriblemente. Esta es una buena oportunidad para apoyar y empoderar íntegramente a las personas. Este 17 de octubre se celebra un día un millón, está es la oportunidad para que la iglesia ayude al necesitado, empodere al débil, forme personas emprendedoras que promuevan un evangelio integral.

Deseo que te preguntes ¿Qué rumbo lleva la iglesia?, ¿este camino a dónde nos lleva?, ¿Qué pasaría si la iglesia vuelve a tener esa cualidad emprendedora, de desarrollo y de servicio por las personas? Yo lo pienso y veo que hay un gran futuro próspero y exitoso para la iglesia, esto si volvemos a hacer buenas obras, si en lugar de pedir damos, este es el momento perfecto para empoderarnos y seguir con esta gran comisión.


Colaboradores

Artículo: Josué Guzmán

Redacción y Revisión: Isabel Mejía

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